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Movilidad Eléctrica en Paraguay. Del sueño a la necesidad.
El más optimista hablaba de horas, el más pesimista, semanas. Sin embargo, hoy estamos a ocho meses de la invasión rusa a Ucrania y aún no vislumbramos un panorama alentador del culmine del conflicto bélico. Ucrania resiste con todo lo que tiene. La ONU, los miembros de la OTAN, organismos internacionales y aparentemente gran parte de los países occidentales están a favor de la resistencia ucraniana y en contra de la invasión rusa. Sin embargo, una grieta se está abriendo.
En el mundo globalizado en el que vivimos, nadie escapa de los efectos de una guerra, y mucho menos cuando el tercer mayor productor de petróleo del mundo forma parte de la contienda (Anzel, 2020). Este es el caso de Paraguay, que hace meses está viviendo los estragos de la suba del combustible, una crisis que está tocando hondo a los bolsillos de los ciudadanos no avizorando solución inmediata. Solo el fin de las hostilidades, sea del bando que fuere.
De acuerdo con los registros mostrados por Brent, OPEC basket y WTI benchmarks, en el mes de marzo, a días de iniciada la guerra, el precio de crudo de petróleo rondaba por los 50 dólares el barril (figura 1). En julio de este año, el crudo llegó a uno de sus picos más pronunciados, 120 dólares el barril, representando 240% de aumento en menos de 4 meses. Ante la estrepitosa ausencia de un productor importante como Rusia, principal proveedor del mercado europeo y de China, la necesidad de estos grandes mercados de reabastecerse de los restantes productores ha ocasionado un desbalance acelerado en la relación oferta-demanda produciendo la suba desenfrenada en los precios del petróleo y de la gasolina. Este comportamiento alcista produjo una variación interanual del 53,1% en Paraguay, superando a países como Estados Unidos (49,1%), Argentina (43,4%) o Alemania (40,7%). (Marketdata, 2022).
Figura 1: Precio de cierre del petróleo crudo Brent, cesta de la OPEP y WTI al comienzo de cada semana desde el 2 de marzo de 2020 hasta el 26 de septiembre de 2022 (Sönnichsen, 2022).
El panorama no parece mejorar para el segundo semestre del año. Aunque los precios descendieron un poco para el mes de septiembre (85 Usd/barril) según la figura 1, la baja nunca se traduce en la misma magnitud y rapidez que la alza. En Paraguay los emblemas de combustibles, en su mayoría privados, tienen las manos atadas en cuanto al incremento del precio de los combustibles debido a que dependen 100% de los precios internacionales. Esta situación es insostenible para la ciudadanía paraguaya que siente el impacto en varios flancos, aumento en el costo de la movilidad, aumento en la canasta básica familiar y una inflación paulatina de casi dos dígitos. Todo esto a consecuencia que el Paraguay tiene una alta dependencia de los derivados del petróleo cuya demanda en su matriz energética corresponde casi al 40% según la figura 2 (ABC Color, 2022). Paradójicamente en el mismo gráfico se visualiza la alta oferta de electricidad (40%) y en contrapartida la baja demanda de esta (19%), lo que da a entender que existe una brecha productiva en espera de ser aprovechada por la movilidad eléctrica sustentable.
Figura 2: Matriz Energética de Consumo Final – Año 2020. (STP, 2021)
Aquí que viene la pregunta, ¿podrían los consumidores paraguayos optar por autos eléctricos?. El ex titular del Banco Central del Paraguay (BCP), Jorge Corvalán dijo: “Estamos exportando energía eléctrica en lugar de usarla, y eso debe cambiar” (ABC Color, 2022). La solución de fondo: cambiar la matriz energética aprovechando el surplus de energía eléctrica hacia la transición a la movilidad eléctrica. A mi entender, tres son las políticas a implementar:
La reglamentación inmediata del proyecto de ley “De Incentivos y Promoción del Transporte Eléctrico en el Paraguay” donde se estipulan las condiciones comerciales para la recarga de los autos eléctricos, así como los tipos de cargadores y sus puntos de instalación.
Cambiar las unidades de transporte público de motores a combustión interna a motores eléctricos mediante un subsidio a las empresas privadas para la adquisición gradual de buses eléctricos.
La búsqueda de inversores extranjeros para la fabricación de vehículos eléctricos en Paraguay que permitan la adquisición local de los rodados a un costo menor que el actual.
Siendo el país per cápita con mayor generación de energía renovable del mundo, con un surplus de energía disponible y barata a ser utilizado, con la ruta “Bioceánica” que permitirá la conectividad inmediata con Bolivia para la importación del litio para las baterías, con la experiencia exitosa de la maquila de autopartes brasileños, y con la colaboración de Taiwán, aliado estratégico fabricante de vehículos de subsidiarias extranjeras y marcas independientes; Paraguay tendría todo para convertirse en ensamblador de vehículos eléctricos permitiendo una expansión local y regional con precios competitivos para los usuarios finales. Es necesario una política de gobierno clara y a largo plazo que atraiga a los fabricantes de vehículos eléctricos para que su producción tenga una ventaja competitiva versus los vehículos importados a combustión interna que hoy dominan nuestro parque automotriz.
A medida que la crisis del combustible se agrava en el mundo, siento cierto grado de impotencia escuchar como algunos de mis conciudadanos coinciden con los comentarios esgrimidos por, Suhail Al Mazrouei, Ministro de Hidrocarburos de los Emiratos Árabes, importante productor de petróleo de Medio Oriente: “Las naciones occidentales no deberían enviar armas a Ucrania y prolongar este conflicto, tampoco aplicar sanciones energéticas más graves a Rusia, porque la energía se volvería inasequible” (Croft, 2022). Está más que demostrado lo fuertemente interconectado que está el mundo hoy en día. Por consiguiente, es urgente que el gobierno inicie acciones claras que potencien nuestra soberanía energética y nos permita ser más resilientes a los embates de los acontecimientos internacionales mediante la implantación inmediata de la movilidad eléctrica en los diferentes sectores de la sociedad. De lo contrario, seremos espectadores de lujo de una contienda que no promete resolución a corto plazo, socavando cada día que pasa la economía de nuestros compatriotas.
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